PUNTOS CERCANOS - quinta entrega

Puntos cercanos


Ejemplar 05 Tlaquepaque, Jalisco 30 de abril, 2010


Editorial


Han pasado los meses de marzo y abril casi acaba, y parece necesario escribir un poco. Quisiera empezar. El cambio de estación me recuerda la necesidad de recomenzar la vida, esto es, vivir con una actitud nueva, es preciso que veamos más allá de lo que tenemos en frente. Tuve la oportunidad a medio mes de participar en una jornada que hablaba sobre la paz. Creo que esta actitud, la paz sería buena tomarla en serio para vestirnos de ella con esta nueva estación. Y la paz la construimos entre todos, es tarea de todos, no sólo del gobierno, es de la sociedad, de la familia, de cada uno.
Un poco de la semana santa. Ustedes saben que hay mucha gente que esta semana vive con intensidad su fe religiosa, unos yendo de misiones, otros haciendo actividades con las personas. Otros, vacacionan. El sentido de la semana mayor es clave, regresar la mirada a Aquel que Es y por quien se vive. Ojalá que cada uno se acerque de la manera apropiada al Dios de la vida y del amor.
Y sobre los días de vacaciones, he de decir que son importantes, para recuperar fuerza y vigor para las actividades ordinarias. Varias veces he ido a lugares de interés, como Fuertes, balnearios, lugares naturales, como playas y reservas naturales. Disfruto el paseo y pienso, si tan solo los responsables de estos lugares pensaran y le invirtieran el dinero suficiente, la propaganda suficiente, la infraestructura suficiente, pero bueno, parece que se anda pensando en no sé que cosa. Necesitamos buenas ideas y buena forma de ejecutarlas, requerimos empleo, sostén para las familias, que el dinero fácil ha sido otro cráter que levanta la lava de la violencia.
Hace unos días trabajé en una colonia de Guadalajara, conviví con mucha gente de ese lugar durante una semana. Cada día veía como los niños disfrutan de la vida, de la compañía de personas que los valoran y que están con ellos. No ha sido en balde el dicho: los niños son los mejores maestros, perdonan, son simples, son amigueros, ven lo bonito de las cosas, son inocentes, es verdad, no es que tengamos que ser siempre niños pero sí mantener la mirada con la esperanza, por eso cuidemos de los niños y regalémosles un país más digno.



Contenido


Experiencia de una vocación

Relatos

Poesía





Belinda de Jesús Posadas

"Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir.
He luchado contra Ti, contra todo lo que siento, pero has vencido Tú."

Esta hermosa cita expresa muy bien, el proceso de mi vocación. Me llamo Belinda, originaria de Tuxtepec, Oaxaca, un cálido lugar de hermosos y exuberantes paisajes. Soy postulante a la vida misionera en el carisma de San Daniel Comboni.
Mi encuentro con el Señor Jesús se dio en un momento de mi vida, en el que me encontraba sin rumbo y con muchas dudas en mi corazón. Tenía 17 años cuando me invitaron a formar parte del coro parroquial y del grupo juvenil. Poco a poco le fui conociendo a través de los temas que nos daban, de retiros, encuentros, de convivencias. Empecé a comprometerme más en mi parroquia, haciéndome catequista y formando parte del equipo de la pastoral juvenil.

Conocer al Señor cambió mi vida, aunque fue un proceso lento; sin embargo su hermoso amor sanó poco a poco mi corazón.

Así pasaron algunos años, hasta que un día sentí que el Señor me pedía dar más. Pero al igual que el profeta Jeremías puse muchas resistencias, tenía miedo y miles de excusas. Pero el Señor, sabe escribir derecho en renglones torcidos, y me dio el valor para decirle Sí.

En mi parroquia trabajaban los misioneros combonianos, ellos se dedican a la evangelización ad gentes entre los pueblos más pobres y abandonados, llevando no solo el rostro amoroso de Dios sino además están insertados en el área de la salud, educación, promoción a la mujer y formación de líderes. Además desde pequeña los había conocido y me fascinaba escuchar sus experiencias misioneras. Me pusé en contacto con las Combonianas e inicie mi proceso vocacional, a través de retiros, encuentros, campos misión; fui conociendo más el carisma y al mismo tiempo se acrecentó más mi amor por la misión. Después de dos años de aspirantado, fui admitida para iniciar el postulantado aquí en la ciudad de Guadalajara.
Aunque tengo poco tiempo como postulante, toda la formación que nos brindan tanto en el área humana como cristiana, es realmente enriquecedora. Para amar y entregarnos completamente al Señor debemos primeramente amarnos a nosotros mismos, algo que suena muy fácil pero que también requiere de un proceso continuo y a veces doloroso. Ya que como dice el refrán: Nadie puede dar, lo que no tiene.

Me siento feliz de este camino que he escogido, sé que no soy la mejor, que tengo muchos defectos y limitaciones, pero también tengo la seguridad de que el Señor me da su gracia y Él no me pide más de lo que puedo dar. El camino por recorrer aún es largo y sólo espero que Dios me siga dando vida para seguir tras sus huellas.

Las combonianas estamos presentes en 30 países de 4 continentes, especialmente en África, donde la pobreza y las injusticias se sienten más que en cualquier otro lugar del mundo, es por ello que la evangelización necesita la participación de todos quienes hemos descubierto la Vida Nueva del Evangelio ¿Te animas también tú?

“La vida del misionero es una mezcla de dolores y placeres, de preocupaciones y esperanzas, de padecimientos y consuelos.
Se trabaja con las manos y la cabeza, se viaja a pie y en piragua,
se estudia, se suda, se sufre.
He aquí lo que quiere de nosotros la Providencia”.
San Daniel Comboni.



Relatos/ Philiph Soon


Raquel


Nació el día menos esperado. Doña Rebeca ansiaba que su primogénito fuera un regalo para la Guadalupana. Fue mucha su sorpresa, dio a luz el 9 de diciembre y fue una niña. Postrada en el lecho lloró unas horas la pequeña. El padre la abrazó cálidamente y la criatura empezaba a serenarse.

Le pusieron de nombre Raquel. Su juego era el de ser la cocinera, hacer la comida, pasteles y postres, pues doña Rebeca tenía un local de comidas. El buen sazón traía clientela selecta a la casa, desde jueces hasta uno que otro artista.

La niña gozaba de su imaginación. Después de tres años tuvieron otra niña, Rebeca y tiempo después un varón. Francisco no sólo fue el predilecto de la familia, sino el más problemático desde la infancia.

Vivían en una casa amplia, hermosos helechos decoraban cada rincón, las cortinas marrones tapaban el sol y las de encaje hacían bailar los rayitos en el piso tan pulcro. Detrás del portón de encino estaba el pasillo que comunicaba hacia el comedor, la cocina, el baño y el cuarto de servicio. Una escalera de caracol permitía el acceso a las cuatro habitaciones y a la terraza más codiciada en toda la calle Comonfort.

Pasaron los inviernos, cantaba la primavera y Raquel ya no quería jugar con los platitos ni con las muñecas. Era una dama. Dona Rebeca le tenía un odio tal que le cegaba; con su boca mató tantas veces a la hija, que sólo porque era madre, su madre no le quitó la yugular en plena tarde del 2 de noviembre.

La señora empezó a enfermarse de gripa. Raquel y su hermana atendían el negocio. Fue en esos días esclavizantes cuando Raquel conoció al doctor Cienfuentes. Había llegado de la Facultad y a toda prisa pidió algo para llevar, Raquel con toda educación le pidió que esperara los alimentos, sentado. Él le vio el rostro de doncella, elegante, serena, propia. Para ella fue un cliente más, para el la radiografía del amor.

El médico acudía sin tregua a la casa de Raquel pues ahí era el negocio, hasta que por fin pudieron salir a la plaza a tomar un helado, este fue un hecho aventurado para ella ya que los que caminaban en las calles eran las familias, los consortes o los amigos. A Raquel se le hizo tan normal pues venía de unas vacaciones largas de México. El doctor se emocionó al verla tan cerca y tan contenta.

Se enteró doña Rebeca e hizo un escándalo que apenó tanto a Raquel que no quería saber nada de hombres, y menos de su pretendiente. Se veían los enamorados cada que se podía. Ella se creía Julieta y miraba desde la terraza a su Romeo erudito en cardiología. Cásate con él, le dijo Rebeca a su hermana. Con esas palabras Raquel voló hasta las nubes y en un prado de margaritas se veía con su amado. Era justo que después de estar bajo el poder de la madre hiciera su nidito de por vida.

“No, tú no te casas, te quedas conmigo o me muero”, le dijo doña Rebeca. La obediencia no siempre es camino de libertad. Raquel obedeció. Dijo que no amaba a Gustavo Cienfuegos, que había sido un engaño, una ilusión. Al doctor le habían hecho una vasectomía del corazón.

A los dos años el estudioso se casó con la vecina de Raquel. Y ella lo veía desde la terraza, sabiendo que su Romeo no regresaría, pues ella lo había alejado.



Lluvia arácnida


Ignacio los veía. La familia perdió las llaves del baúl. Era necesario encontrarlas pues los fantasmas regresaban a la hora de la lluvia. Yo no los entendía, vine a gozar de unas vacaciones relámpago y me encontré a toda la familia volteando su casa a arriba por las llaves. –Ya aparecerán-.

-No te quejes y busca en las maletas, que el fantasma cuando es mediodía es travieso.
-No creo en fantasmas.
-Pues aquí sí hay.

Me quedé sentado en el sillón mientras mis tíos y primos revisaban esquina por esquina de su hogar. “Nada en la alfombra”. “Nada en el ropero”. Vi unas llaves tiradas, la pereza me quería dominar pero mejor me paré, las llaves corrían como con vida y me pellizqué para ver si era un sueño pero me dolió tanto el pellizco que las llaves oyeron mi grito.

Las seguía a paso lento, cada que me paraba, ellas hacían lo mismo hasta que uno de mis primos gritó: ya las vi. Entonces las atrapó y las puso en un costalito junto a la chimenea. El tío León dijo que en la chimenea era más fácil que los fantasmas obtuvieron la llave, así que las metieron en la pecera.

-Es preferible que te duermas a las siete de la noche porque llueve un montón de monedas de plata.
-¿Nos las podemos quedar?- preguntó Luis mi primito.
-No. Luego se vuelven alacranes y te matan como le pasó ayer a Ignacio.


Ella, Blanca Paloma


Me contó que era demasiado rebelde de adolescente. Sus ojos me cautivaron desde que le tomé las primeras fotografías, las necesitaba para salir de la preparatoria. Cuando le pregunté por su nombre, estaba embobado por su cintura: Paloma. Un bello nombre -dije- ojalá te vuelva a ver.

Por fortuna dejó su bolso y entonces ya sabía cual era su dirección. La primera vez que toqué la puesta de su casa tuve miedo pero tan solo de pensar en ella, me animaba. ¿Está Paloma? Le pregunté a un señor alto y bien parecido; enseguida salió y me estremecí.

Manuel llegaste temprano, ahora salgo, dijo. De reojo vi maldecir al señor luego de darle el beso de despedida a su hija. Vámonos ya, me reclamó.

Quiero ser actriz, creo que un día llegaré a cumplir mi sueño… Le escuché con suma atención, no había conocido a una mujer tan emprendedora, tan bella. Salimos de la cafetería, la tomé de las manos y le di un beso. Así empezó nuestro romance. Luego de varios meses de conocernos me dijo que se iba a Estados Unidos con unos tíos, que vendría luego de cinco meses. No le vi nada de malo, nos despedimos momentáneamente.

Por mera curiosidad fui a su casa a preguntar dónde y con quién iba; su mamá respondió mis dos interrogantes: se marchaba a Texas con dos amigas. Me entristecí un poco. Creí que la iba a perder pero días después recibí la primera de varias cartas que desde allá enviaba.

Manuel:

Deseo estar lo más pronto a tu lado, quiero escuchar tus palabras que levantan a esta mujer sufrida. Estoy en una casa para hospedar. No he llegado con mis tíos. La situación aquí es cruda, hay más problemas de los que imaginaba. Los paisajes, aunque áridos, son diferentes de allá…

La extrañaba demasiado. Nunca he creído en el amor tras la distancia. Regresó demacrada, delgada y con el cabello pintado de rubio, no tenía la mirada ingenua con la que yo la conocí, o con la mirada que creí conocerla. No quería reconocerla.

-Manuel me da gusto verte.
-¿Así nada más? ¿Sin un beso, un abrazo?
-Lo que pasa es que te defraudé.
-¿Qué quieres decir? ¿A qué te refieres con eso? ¡No te calles, dilo! –y yo como siempre con mi maldita paciencia-.
-Manuel, conocí a un mesero. La tercera vez que fui al bar me dio algo para emborracharme y salí con él del lugar. No recuerdo bien esa noche. Amanecí en su cama completamente desnuda, él se vestía para irse. Me recuperé hasta la noche.
-¡Carajo Paloma! ¿En qué pensabas al ir a ese bar? ¡No lo puedo creer!
-Espérate, me hice un examen, al parecer, estoy embarazada.
-Mujer, qué estúpida eres. Me voy -le dije- tal vez no vuelva.

En esos momentos quería morirme, estaba destruida la imagen de ella, más que eso, estaba desmoronada mi dignidad, mi orgullo. Tardé más de dos meses para asimilarlo. ¿Qué sentirías si la mujer que amas te engaña?

Uno de esos días, en que veía como una maldición el sol, llegó un mensajero a mi casa llevando un ramo de flores con una tarjeta hecha por Paloma, fue bueno para mí leerla: Desgraciadamente te amo, cuando menos despídete bien, por favor.

Creo que me deje llevar por mi espontaneidad pues fui a su casa y le di el beso más prolongado que he dado. Pedí la mano de Paloma a don Aldo, éste aceptó sin saber claro que su hija esperaba una criatura que no llevaría mi sangre.

Fue sencilla la ceremonia religiosa, la familia asistió, algunos amigos también. No había ahorrado mucho pero me alcanzó para llevarla a Guanajuato. Allá me llamó la atención cuando entramos a una casa de antigüedades, estando en la sala de cuadros antiquísimos, Paloma y yo vimos uno, este cuadro era de la época de la Inquisición, le dije que una de las condenadas se parecía a ella, en ese instante perdió el sentido. Gracias a Dios reaccionó. Me contó que viendo la hoguera se transportó a ese tiempo y estaba viviendo cómo le quemaban las piernas y justo en ese momento despertó. Desde entonces me di cuenta que ella tenía un don, algo distinto, poseía poderes especiales pocas veces aprovechadas.

Llegó el día en que nacía el hijo de Paloma. Para su sorpresa fue una hermosa nena; sinceramente era más bella que su madre, creo que por eso la acepté. Le di el nombre de María, en honor a mi abuela. Paloma no respingo por ello.

Por la costumbre, el primer año de casado fue bueno. Ella estaba contenta y yo feliz. María era adorable. Los fines de semana la llevábamos al cien. Durante la semana sacaba buen dinero para la familia, aún con eso Paloma quería independencia así que le permití trabajar, siempre y cuando dejara a la niña con mi mamá.

Así pasó y se volvió a ir.



Poesía/ Gesú Nandino


Marzo 06

Si tuviera que elegir
Volvería a elegir
La bondad frente al espejismo de la luz

¿qué provoca las preguntas?
¿qué hay en las respuestas?
Lo que escucho apenas sacude el instinto
Sigo el camino
Y cuando no puedo andar
Me detengo en la ausencia
Tomo un poco de la bebida del silencio
Y recupero el paso

Si tuviera que elegir
Ya no elegiría



Marzo 7

La paz es una nube
Un callejón nuevo y de antaño
Una canción
Melodía de arpa y tambores

La paz es sueño y realidad
Agua
Antorcha primitiva
Horizonte fiel y colorido

La paz es lucha
Manos agitadas
Flecha y arco
Acuerdo en desacuerdo


La paz es galope eterno
Montaña florida
Puente
Pólvora silenciosa

Nada ha como la litis de la paz



Marzo 8

Mujer
Eres rostro de belleza
Cara de pulcritud
Volcán de existencia
Caricia de armonía

Mujer
Eres rostro de poesía
Brazons de paisaje
Diluvio de energía
Río de hermandad

Mujer
Eres rostro de la tierra
Aliento de vida
Suspiro de jolgorio
Quietud piramidal

Mujer
Eres rostro del amor
Llama de cariño
Lámpara de sueños
Música en la humanidad



Marzo 27

Tú vives algo lejos
Hace años que te engendré
Me pediste que fuera tu papá
Y yo acepté

¿No resulta curioso que un hijo escoja a su padre?
Es verdad que el padre se hace con el hijo
Y que es inevitable tener esta idea

A ti que vives lejos
Que estás construyendo tu vida
Con tus derrotas y sonrisas
Con tus amistades y enredos
Con tus sueños
Que me dicen
Nada como la juventud



Marzo 28

El coraje se viste de indolencia
Visita mi banca y me saluda
Parece que está dormido
Y amenaza con matar la risa

En el aroma del ambiente
La lluvia emerge como ruiseñor
¿De qué me sirve escuchar
Si el corazón queda ennegrecido?

Y sus manos
Cargan un hacha que tiene gotas de sangre
Cuando caen dibujan en la tierra una silueta
Y pensar que la vida es de sangre y tierra

Hay días que el coraje se despierta
Consume una serie de existencias
Que acarrea una divinidad
¿Qué nombre le pondré?

Comentarios

Entradas populares