Sobre los santos
Los santos Subsidio VI
Equipo de Pastoral
Hola amigo, vuelvo a escribirte para contestar esa pregunta que me hacías, qué tienen que ver los santos con nosotros. Empiezo diciéndote que los santos tienen mucho que ver con los que creemos en Dios. Muchas veces se vuelca el pensamiento en creencias irreales como la de imaginar a los santos desde chiquitos bien portados y rezando todo el día. Hay que decir que no es del todo cierto, la mayoría de los santos, de las santas, se van haciendo día a día. Y todos los creyentes en Dios estamos llamados a ser santos, a ser espejo de la grandeza de Nuestro Señor.
Los santos y las santas han dejado huella en la historia, y eso porque han actuado teniendo como norma el amor, y los demás valores evangélicos, como el servicio, la hermandad, la escucha, en fin.
Los santos y las santas han sido personas como tú y como yo, que fueron de carne y hueso, que caminaron en este bello paisaje. Han sido personas que se han dado cuenta que el amor de Dios es lo más importante, y han decidido comunicarlo y transmitirlo a los demás. Ellos y ellas son amigos de Dios. Esta definición me encanta: el santo es un amigo de Dios. Y sabemos que un amigo es fiel, comparte tiempo, espacios, proyectos, comparte sufrimientos y alegrías. Y otro rasgo de la amistad es que es abierta, o sea que procura hacer el bien a los demás.
No creas mi buen amigo, que sólo los padrecitos y las monjitas han alcanzado la santidad, no es así, también hay esposos y esposas, hijos, chavos o chavas, madres de familia, gente que no se casó, así como padres y religiosas.
El que busca a Dios a de ir buscando a la vez la santidad. Un ejemplo es Agustín, que no pienses que desde que era chiquillo estaba en la Iglesia y esas cosas, no, tuvo una vida muy agitada, y hubo un tiempo que incluso no pensaba en Dios, su madre, Mónica rezó mucho, pero mucho para que Agustín ablandara el corazón para que el Señor le pudiera hablar. Después de mucho, Agustín se hizo sacerdote y luego lo nombraron obispo. Aquí te he hablado de Santa Mónica y de San Agustín.
Otro ejemplo es Rita de Casia. Ella se casó, tuvo dos hijos. Vivió cumpliendo las obligaciones de esposa y madre. Por circunstancias de la vida, enviudó y luego murieron sus hijos. Ya vivía de una manera intachable, y entonces sintió que Dios la llamaba a entregarse a él de manera radical. Fue monja por un tiempo y luego se fue al cielo.
Hay que decir también que la santidad se comparte, y te lo explico con dos personajes famosos. Un príncipe, adinerado y viviendo excesos, un buen día se da cuenta que está parado en miseria, que le debe todo a Aquél que da la vida, renuncia a sus riquezas y se vuelve un fraile mendicante, se llamaba Francisco. Contagió a la Iglesia para que se quedara con lo importante, con el Señor Jesús, y este ejemplo hizo que otros y otras siguieran de manera radicalmente pobre a Dios, entre ellas, Clara.
El santo fundador de los salesianos, Juan Bosco, tuvo un director espiritual que también es santo. Don Bosco con la espiritualidad de lo cotidiano pudo llevar adelante una escuela de santidad, uno de los frutos, es el adolescente Domingo Savio, que tuvo una vida normal, haciendo sus deberes, jugando, ayudando al que lo necesitara, estando alegre. Te repito amigo, un adolescente de 14 años es santo.
Oye, ¿le estamos tirando a la santidad o a qué cosa? No está pasado de moda, ser amigo de Dios es de todos los tiempos. Una gran tarea.
Equipo de Pastoral
Hola amigo, vuelvo a escribirte para contestar esa pregunta que me hacías, qué tienen que ver los santos con nosotros. Empiezo diciéndote que los santos tienen mucho que ver con los que creemos en Dios. Muchas veces se vuelca el pensamiento en creencias irreales como la de imaginar a los santos desde chiquitos bien portados y rezando todo el día. Hay que decir que no es del todo cierto, la mayoría de los santos, de las santas, se van haciendo día a día. Y todos los creyentes en Dios estamos llamados a ser santos, a ser espejo de la grandeza de Nuestro Señor.
Los santos y las santas han dejado huella en la historia, y eso porque han actuado teniendo como norma el amor, y los demás valores evangélicos, como el servicio, la hermandad, la escucha, en fin.
Los santos y las santas han sido personas como tú y como yo, que fueron de carne y hueso, que caminaron en este bello paisaje. Han sido personas que se han dado cuenta que el amor de Dios es lo más importante, y han decidido comunicarlo y transmitirlo a los demás. Ellos y ellas son amigos de Dios. Esta definición me encanta: el santo es un amigo de Dios. Y sabemos que un amigo es fiel, comparte tiempo, espacios, proyectos, comparte sufrimientos y alegrías. Y otro rasgo de la amistad es que es abierta, o sea que procura hacer el bien a los demás.
No creas mi buen amigo, que sólo los padrecitos y las monjitas han alcanzado la santidad, no es así, también hay esposos y esposas, hijos, chavos o chavas, madres de familia, gente que no se casó, así como padres y religiosas.
El que busca a Dios a de ir buscando a la vez la santidad. Un ejemplo es Agustín, que no pienses que desde que era chiquillo estaba en la Iglesia y esas cosas, no, tuvo una vida muy agitada, y hubo un tiempo que incluso no pensaba en Dios, su madre, Mónica rezó mucho, pero mucho para que Agustín ablandara el corazón para que el Señor le pudiera hablar. Después de mucho, Agustín se hizo sacerdote y luego lo nombraron obispo. Aquí te he hablado de Santa Mónica y de San Agustín.
Otro ejemplo es Rita de Casia. Ella se casó, tuvo dos hijos. Vivió cumpliendo las obligaciones de esposa y madre. Por circunstancias de la vida, enviudó y luego murieron sus hijos. Ya vivía de una manera intachable, y entonces sintió que Dios la llamaba a entregarse a él de manera radical. Fue monja por un tiempo y luego se fue al cielo.
Hay que decir también que la santidad se comparte, y te lo explico con dos personajes famosos. Un príncipe, adinerado y viviendo excesos, un buen día se da cuenta que está parado en miseria, que le debe todo a Aquél que da la vida, renuncia a sus riquezas y se vuelve un fraile mendicante, se llamaba Francisco. Contagió a la Iglesia para que se quedara con lo importante, con el Señor Jesús, y este ejemplo hizo que otros y otras siguieran de manera radicalmente pobre a Dios, entre ellas, Clara.
El santo fundador de los salesianos, Juan Bosco, tuvo un director espiritual que también es santo. Don Bosco con la espiritualidad de lo cotidiano pudo llevar adelante una escuela de santidad, uno de los frutos, es el adolescente Domingo Savio, que tuvo una vida normal, haciendo sus deberes, jugando, ayudando al que lo necesitara, estando alegre. Te repito amigo, un adolescente de 14 años es santo.
Oye, ¿le estamos tirando a la santidad o a qué cosa? No está pasado de moda, ser amigo de Dios es de todos los tiempos. Una gran tarea.
Comentarios
Publicar un comentario