Una simple visión

Salesianamente hablando. Mexicali.
Por Kennedy Delgado Sánchez sdb


Ver. Es una obra de casi dos décadas enclavada en una ciudad fronteriza que dicho sea de paso, tiene poco más de una centuria de vida. El clima influye aunque como dicen los cachanillas “ni modo de no hacer nuestra vida”. Hay población y es necesario el trabajo pastoral; existen sectas de muchos sabores y estilos, baste con decir que frente al oratorio hay un templo bautista. La obra salesiana está compuesta por la parroquia “La ascensión del Señor” y el oratorio Don Bosco, ubicados en el área perimetral. Son tres los hermanos que llevan adelante los esfuerzos de evangelización.


Juzgar. Este lugar le encantaría a Don Bosco: frontera, con posibilidad de diálogo con otras corrientes, adolescentes y niños necesitados ante la fragmentación familiar, pocos institutos religiosos varoniles, pocas vocaciones de acá. Pensaba es lo olvidado que pueden parecer los esfuerzos de gente que quiere ofrecer espacios de crecimiento a los muchachos, pensaba en reestructurar en función a la misión, las obras de la Iglesia y en específico de la Congregación Salesiana en México. Me apura que hermanos salesianos jóvenes y otros no tan jóvenes no se hallen apasionados de ser hijos de Don Bosco, herederos del sello y talante salesiano.


Actuar. Se puede pensar en pintar los oratorios salesianos de igual manera o con algún distintivo que les unifique, siendo bueno tomar consejos de administración básica, como mínimo; se puede propiciar en las parroquias salesianas protagonismo de los laicos y sobre todo, de los jóvenes, pensando en ellos como promotores de los mismos chavos; se puede trabajar articuladamente, uniendo ideas, proyectos y metas, primero de manera personal, en comunidad luego y regional y provincialmente. Habrá que desempolvar unas líneas de los Capítulos Generales 23, 24, 25, y 26. Estamos haciendo cosas, podemos hacerlas mejor.


Y hagamos oración.

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